Hoy vamos a centrarnos en EL EJERCICIO FISICO
Si se pudiese vender en comprimidos sería el medicamento más vendido en el mundo.
La salud muchas veces no es cuestión de suerte, sino de cuidados.
La enfermedad cardiovascular es la primera causa de mortalidad en los países desarrollados.
Si controlamos los factores de riesgo estaremos dando un paso muy importante en la prevención de la enfermedad. Entre los distintos factores, quizás los más importantes sean los siguientes:
– Controlar nuestro peso y la cintura abdominal
– Mantener las cifras adecuadas de presión arterial
– A través de un análisis de sangre, comprobar que las cifras de colesterol total, colesterol HDL, colesterol LDL, triglicéridos y glucosa se encuentran dentro de la normalidad
– El tabaco, el alcoholismo y las demás drogas (cocaína, heroína…) no son compatibles con una buena salud cardiovascular
– Reducir el consumo de sal
– En la medida de lo posible, procurar evitar estados de estrés, ansiedad…
– Evitar el sedentarismo mediante la práctica de ejercicio físico.
Se estima que las personas sedentarias tienen el doble de riesgo de enfermar que una persona que hace ejercicio de forma habitual.
Las personas sedentarias tienen una media de 10 pulsaciones más por minuto con lo cual al cabo del día tendrán unas 14.400 pulsaciones añadidas, con lo que supone de sobrecarga para el corazón sedentario.
Hay muchas modalidades de ejercicio: nadar, andar, bicicleta, tenis, fútbol, subir escaleras… Cada uno debe escoger aquel que le atraiga más y el más adecuado en función de su edad, condición física y estado de salud. De manera que no se realice como un sacrificio y se pueda practicar a diario durante 30-60 minutos. Con ese tiempo es suficiente para disfrutar de todas las ventajas que nos aporta.
Por el contrario, si pasamos muchas horas delante del ordenador o de la televisión tendremos muchas posibilidades de desarrollar sobrepeso y obesidad y por tanto más posibilidades de riesgo cardiovascular. Es especialmente preocupante sobretodo en la infancia. Haciendo ejercicio físico a diario y cuidándonos normalmente con la alimentación, aunque de vez en cuando hagamos algún exceso, controlaremos nuestro peso durante toda la vida.
Entre la larga lista de beneficios que nos aporta el ejercicio, podemos destacar los siguientes:
– Ayuda a controlar el peso quemando calorías
– Disminuye el colesterol total, el colesterol LDL (malo) y los triglicéridos.
– Aumenta el colesterol HDL (bueno) y también el metabolismo de los hidratos de carbono y por tanto disminuye el riesgo de diabetes tipo 2 (no dependiente de la insulina).
– Ayuda a controlar la hipertensión arterial
– Reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. El ejercicio aeróbico (con aire) incrementa la actividad cardiovascular mejorando el funcionamiento del corazón, pulmones y la circulación.
– Es un magnifico anti estrés. Reduce la ansiedad y los síntomas de depresión. Mejora la autoestima.
Otros beneficios que, aunque no influyen en la actividad cardiovascular, no por ello son menos importantes serían:
– Reduce el riesgo de desarrollar cáncer de colon y de mama
– Fortalece los huesos, músculos y articulaciones haciéndolos mas resistentes.
– Incrementa el equilibrio, la coordinación y la agilidad, con lo que disminuiremos el riesgo y las consecuencias de las caídas.
La frecuencia, duración e intensidad del ejercicio físico irá en función de la edad y del estado físico de las personas que lo realicen.
Siempre es bueno controlar las pulsaciones. La frecuencia cardiaca máxima es el máximo de veces que nuestro corazón puede latir en un minuto. Esta frecuencia máxima es igual a 220 menos la edad que tengamos expresada en años.
Es decir, si tuviésemos 56 años, seria:
220 – 56 = 164 latidos/minuto como frecuencia máxima
Cuando hacemos ejercicio lo recomendable es ir a una intensidad de baja a moderada, entre el 60 y 90 % de la frecuencia máxima.
En nuestro ejemplo seria entre 98 y 148 latidos por minuto.